El mobiliario como gran aliado en los entornos de aprendizaje
Las metodologías educativas han experimentado un progreso notable en las últimas décadas. Esta evolución está cuestionando los modelos tradicionales de aulas de cuatro paredes, de filas estáticas de pupitres y una pizarra al frente, demandando espacios dinámicos y flexibles.
La distribución del aula condiciona las relaciones que se establecen entre el alumnado y el profesorado, entre los propios estudiantes, y entre ellos mismos y el aprendizaje, por lo que no puede ser una cuestión estática definida por aspectos económicos, estéticos o de simplicidad.
Los docentes deben contar con el mobiliario adecuado para la aplicación de sus métodos educativos, y tener la libertad y la facilidad necesaria para adaptar la distribución de sus aulas a las actividades que se desarrollen en cada momento. La posibilidad de disponer de distintos espacios en el aula, herramientas variadas y mobiliario flexible permite al docente realizar nuevas actividades y enfoques pedagógicos. Además, el enfoque dinámico y flexible del espacio de enseñanza y aprendizaje permite aumentar la atención y participación del alumnado.
Un mobiliario adecuado para la práctica educativa debe responder a cinco características principales:
- Adaptabilidad. El mobiliario puede reconfigurar el espacio con facilidad, para permitir el desarrollo tradicional de una clase, de debates o de exámenes, así como trabajo en grupos, en pareja o de forma individual.
- Versatilidad. Una misma pieza de mobiliario puede servir para desarrollar distintas actividades, potenciando la concentración, la curiosidad, la creatividad y el diálogo de los alumnos y alumnas.
- Ergonomía. El mobiliario debe elegirse adecuadamente para la edad y las actividades propias de cada curso. En toda elección se deben primar los aspectos relativos a la seguridad y salud de uso: altura, posición de la espalda, comodidad del asiento…
- Comunicabilidad: “Así nos sentamos, así nos comunicamos”. Los centros educativos tienen que ser espacios que preparen a los alumnos y alumnas a vivir en comunidad, relacionarse desde los valores de igualdad, respeto y solidaridad, y resolver sus diferencias en base al diálogo y la responsabilidad. Por ello, es prioritario que las aulas permitan la convivencia y la comunicación fluida entre sus estudiantes.
- Funcionalidad. El mobiliario debe responder al objetivo principal de su adquisición y soportar las horas de uso convenientes, manteniendo en todo momento su calidad.
La distribución de las aulas es tan importante como la adquisición del mobiliario adecuado, por lo que resulta fundamental garantizar el acceso físico y visual a todos los asientos de la clase, disponer espacios en el aula que potencien y favorezcan que los estudiantes puedan conectar, debatir y colaborar fácilmente y definir un diseño que permita integrar y reflejar los objetivos educativos y los valores del centro.